Istúriz, quien tuvo la autorización de Carlos Lavaud para el uso del nombre Magallanes en sustitución del de la franquicia de Orientales, se cansó de perder dinero y juegos, y decidió salirse del béisbol negociando las pertenencias y organización al pueblo carabobeño, que el año pasado había perdido la bandera de Industriales, formada exitosamente en el campeonato de 1956. Esta mudanza va a traer cola porque los fanáticos caraqueños se sienten defraudados al quedar relegados por una novena que tendrá asiento en la ciudad de Valencia.