Como veranos anteriores, las únicas incorporaciones vinieron de jugadores del filial, en este caso, Gaizka Larrazabal -hijo del exfutbolista Aitor Larrazabal- y Asier Villalibre, máximo goleador de Segunda B. También hubo otros jugadores que alternaron el primer equipo con el filial, caso de Oihan Sancet y Dani Vivian. Con ese tanto el jugador consiguió anotar un gol en el debut de cada una de las competiciones en las que jugaba por primera vez.