La aparatosidad de las prendas femeninas de la época fue criticada por algunas activistas pioneras del feminismo, como Amelia Bloomer, que intentó racionalizar el traje femenino de mediados del siglo XIX con un conjunto de corpiño, equipcaiones real madrid 2023 falda hasta la rodilla y pantalones hasta los tobillos. Se acentuó la diferencia entre sexos, con una ropa masculina de inspiración militar y una indumentaria femenina que evocaba su fragilidad.